No te comas la cabeza si quieres comer sano

Posted on 08/01/2013

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Si has pensado en cuidar tu alimentación este verano, te proponemos un cambio de mentalidad. Nutrición y bienestar emocional siempre van de la mano y, en esta época del año, preocuparse por los dos puede ser un buen comienzo. ¿Quieres saber qué alimentos nos ayudan a mantener nuestra mente en equilibrio?

Escrito por: Laura López

Los cambios en el estilo de vida, en las costumbres y en la forma de consumir han hecho que muchas personas opten por una alimentación rápida, poco saludable y dando más importancia al cuerpo que a la mente y olvidando su vinculación directa.

Desde hace años, muchos médicos han afirmado que la alimentación es fundamental para la estabilidad psicológica, pero pocas personas ponen la teoría en práctica. Además, el estrés y la ansiedad de la vida cotidiana hacen que esta situación empeore. Muchas personas se pasan la vida haciendo dietas para mejorar su cuerpo, pero la mayoría «cree que el cuerpo y la mente no tienen nada que ver», dice la doctora y nutricionista Pilar Senpau, quien reivindica que «en lo que comemos interviene lo que pensamos y lo que pensamos interviene en lo que comemos».

«En lo que comemos interviene lo que pensamos

y lo que pensamos interviene enlo que comemos»

                                                                                       Pilar Senpau

La relación entre mente y comida no es nueva, los griegos se preocupaban por este vínculo hace 3.000 años y muchas filosofías orientales creen que el estado mental está directamente relacionado con el estado de los órganos. Según Jorge Pérez-Calvo, médico especialista en medicina integrativa, «la calidad de la sangre, de los neurotransmisores, del número y la abundancia de vitaminas y nutrientes a nivel cerebral condiciona de una manera decisiva la calidad de nuestro pensamiento y las sinapsis neuronales, y esto depende directamente de la nutrición». Como ejemplo pone la capacidad del cuerpo para regular el nivel de glucosa en sangre, que tiene una influencia muy importante sobre el nivel de la actividad emocional y el estado energético; aunque «el consumo de azúcar y otros edulcorantes químicos produce un robo de minerales en el cerebro que le hace perder su capacidad de funcionamiento», señala.

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Nutrientes esenciales

«El cerebro es la parte del cuerpo más importante para ser nutrida. El problema es que nuestro instinto de supervivencia coge antes los nutrientes para vivir que para alimentar al cerebro», comenta Senpau. Por eso, según esta especialista, la alimentación es muy importante, porque si no el cerebro se resiente enseguida. Senpau considera que una de las vitaminas que más necesita el cerebro es una que pertenece al grupo B, cuyo objetivo es reforzar el sistema nervioso, ya que «es una de las que el cerebro más utiliza cuando estamos estresados y de las primeras que pierde». Una buena forma de tomar vitaminas del grupo B es comer cereales y frutos secos. En esto coincide Pérez-Calvo, quien destaca la importancia de un aporte adecuado de glucosa y la ingesta de cereales integrales porque «permiten la regulación del flujo de la glucosa y hacen que la estabilidad emocional sea mayor». Esto, junto a un aporte de legumbres en pequeñas cantidades, que aportan aminoácidos y que, combinadas con los cereales, aumentan los niveles de serotonina cerebral, el neurotransmisor del bienestar y la tranquilidad. Recomienda, además, poner en las dietas cereales integrales en grano con legumbres, todo bien cocinado, y esto junto a sésamo tostado triturado para aportar más triptófano, que se necesita para la formación de serotonina.

«El consumo de azúcar y otros edulcorantes químicos

produce un robo de minerales en el cerebro que le hace

perder su capacidad de funcionamiento»

                                                                                        Jorge Pérez-Calvo

¿Qué debemos comer cuando estamos tristes? Uno de los nutrientes estrella de una buena alimentación son los ácidos grasos Omega-3, que ayudan a combatir la depresión porque «mejoran el intercambio de información entre neuronas», según explica el profesor Felipe Hernández, experto en Nutrición Celular Activa. Hernández considera que para obtener todo el Omega-3 necesario deberíamos tomar suplementos alimenticios, porque si no haría falta comer mucho pescado azul y comerlo crudo o ligeramente cocinado al vapor y en gran cantidad para «conseguir la dosis de ácidos grasos DHA-EPA necesarios para que tenga efecto sobre las membranas neuronales».

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¿Qué tipo de alimentación elijo?

El pilar fundamental de nuestra alimentación es la dieta mediterránea, pero «cada vez la gente se aleja más de esta dieta porque es tan sencilla que se nos olvida», recuerda Senpau. La dieta mediterránea es la que comían nuestros abuelos: productos de la tierra y fruta de temporada. Según esta dieta, que es la que promueve Senpau, hay una serie de alimentos que se deben comer para estar sanos en todos los sentidos: cada día fruta, verdura, un poco de carne, cereales, aceite de oliva y, dos veces por semana, pescado. También dice que hay una serie de alimentos que sirven específicamente para el buen funcionamiento del cerebro. El chocolate, por ejemplo, «debería estar en todas las dietas porque, primero, es un placer comerlo y, segundo, segrega endorfinas que son buenas para el bienestar emocional; pero sobre todo porque lleva teobromina, una sustancia ligeramente antidepresiva». En cuanto al pescado y la carne, el primero, si es blanco, se puede comer cuando se quiera, y si es azul es importante comerlo porque contiene Omega-3; y de la segunda se puede comer hasta 400 gramos por semana. Las verduras también son importantes, sobre todo la alcachofa, porque «cuando te estresas fabricas unas sustancias tóxicas llamadas radicales libres, y para bloquearlas el cuerpo debe fabricar antioxidantes a través del hígado, que es muy importante que esté limpio, y la alcachofa es la hortaliza ideal», según explica Senpau. Y por otro lado están los huevos, uno de los mejores alimentos para la memoria, que recomienda que sean de dos a cuatro por semana.

El chocolate «debería estar en todas las dietas porque, primero,

es un placer comerlo y, segundo, segrega endorfinas que son buenas

para el bienestar emocional»

                                                                                                                                   Pilar Senpau

Ésta es una muy buena manera de cuidar cuerpo y mente, pero existen otros tipos de nutrición que se intentan implantar en la sociedad y que refuerzan la mayoría de alimentos que defiende la dieta mediterránea. La nutrición celular y la nutrición ortomolecular son un buen ejemplo. Son dos especialidades terapéuticas basadas en el estudio de la bioquímica corporal humana: «Lo que tienen en común es que ambas creen necesaria una suplementación en nutrientes esenciales, pero no masificar con vitaminas y minerales, sino una suplementación especializada en función de las características individuales del paciente», aclara Hernández. Este tipo de nutrición natural es utilizada en España por un 29 % de la población, aunque «en Estados Unidos la hace un 50 % y en Italia casi un 70 %», según explica. El profesor recomienda analizar las posibles deficiencias micronutricionales (ácidos grasos, aminoácidos precursores de los neurotransmisores, enzimas, oligoelementos, etc.) y, de haberlas, planificar una suplementación individualizada que tenga como objetivo la mejora del cuerpo y de la mente, ya que «puede ser de gran valor como apoyo en algunas psicopatologías».

Un poco de lectura para el verano:

dieta

Descárgate este código QR y conoce la dieta del cerebro que propone Pilar Senpau.

qr pilar senpau

Posted in: Reportajes