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Posted on 22/01/2013

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integracionlaboral

Sabemos que estamos en un momento crítico que ha inaugurado un cambio de ciclo en la manera de gestionar las políticas públicas. Cómo conseguir la sostenibilidad de los pactos sociales vigentes es lo que necesariamente se ha de revisar en profundidad en un contexto de estancamiento económico y de restricción de los recursos públicos. Hemos de realizar esfuerzos para cambiar maneras de hacer que no han sido adecuadas, pero sin perder de vista que el objetivo de las reformas habría de ser preservar lo que es importante y ha conformado la esencia de nuestra manera de vivir hasta ahora.

Desde hace más de treinta años se está trabajando para intentar modificar la situación de exclusión del mundo laboral de diversos colectivos, entre ellos el de las personas con trastornos de salud mental, porque los datos de nivel de paro y de inactividad laboral suelen ser hasta cuatro veces superiores al resto.

Muchos fuimos conscientes de que para corregir una situación de partida tan desfavorable hacían falta acciones positivas si queríamos aspirar a una igualdad de oportunidades reales, que es la que se refleja en una mejora en los resultados y en el aumento del índice de ocupación, y no en declaraciones retóricas.

El pacto que ha estado vigente ahora asume que era responsabilidad de las políticas públicas liderar esta apuesta por la igualdad de oportunidades y encontrar la cooperación de las entidades sociales, las empresas y los agentes sociales.

Con un esfuerzo intenso y sostenido en Cataluña, este pacto global ha seguido un desarrollo singular. Se ha caracterizado por la cooperación de las políticas públicas con el sector del emprendimiento social y por la articulación eficaz de intervenciones diferentes: incentivos fiscales a las empresas, políticas activas con itinerarios personalizados, la cooperación con empresas sociales responsables y el desarrollo de empresas de economía social, como los Centros Especiales de Trabajo o las empresas de inserción.

La decisión tomada por el Gobierno central de reducir drásticamente el fondo de gestión transferido por políticas activas de ocupación para 2012 no va en la dirección de preservar los pactos sociales existentes y cuestiona la viabilidad del modelo desarrollado hasta ahora. Sin poder desarrollar itinerarios personalizados, sin poder ofrecer a las empresas y a las personas orientación y apoyo a medio plazo en los procesos de inserción y con las empresas de economía social debilitadas, la igualdad de oportunidades vuelve a ser una declaración de intenciones vacía de contenido. El índice de inactividad laboral de los colectivos con características especiales aumentará y se convertirá en estructural.

Las consecuencias para las personas de la falta de oportunidades y de la inactividad laboral son muy malas. Para todos nosotros, abandonar el pacto a favor de la inclusión de las personas con dificultades es un retrocedo inmenso desde el punto de vista de la ética y el compromiso social; si lo pensamos dos veces, es inaceptable.

Inmaculada Pinar, presidenta de la Fundación Joia

Enric Arqués, vicepresidente de la Fundación Joia

Posted in: Editorial